martes, 20 de mayo de 2014

Delirio #28: Un sentimiento que cae, un lobo que llora y una mirada ardiente como el fuego.

Una mirada penetrante, más que un rayo.
Dos ojos de fuego que atraviesan mis pupilas
y todo lo convierten en polvo a su paso.
Me estremezco y cae.
Cae a un pozo sin fondo, hacia un abismo negro.
Al final: la muerte.
Un charco de lágrimas, de sangre que parece desvanecerse con el tiempo
pero que no duda en volver.

Y vuelve.

Una tormenta en la noche, nubes grises en el cielo.
Relámpagos, oscuridad.
El frío hiela, corta.
Un lobo aúlla en la noche.
Su aullido es música, hermosa armonía.
Es días de luz y noches de descanso.

Sin temor.

Claras lágrimas recorren sus mejillas.
Sueña con volver algún día.
Volver y correr por el prado verde, por las altas colinas.
Sueña con días de primavera,
rayos de sol y el cielo azul,
flores que bailan y tardes cálidas.
Pero los sueños se han ido
y no vuelven.

No volverán.

Un rastro de locura, ligera percepción.
Un sentimiento que no se expresa y que desea,
pero no es capaz,
se hunde hacia lo más profundo del mar
y es olvidado.
Dice nunca a la belleza,
jamás a la hermosura.
Corre, vuela, clama al cielo pero no encuentra un respiro
en esta noche eterna,
noche que agoniza en un radiante amanecer,
mas el sol teme a la noche
y no muere.

Nunca muere.

* * *

Dulce respiro.
Pequeña obsesión lejana.

Amargo placer.

Puro espíritu perpetuo que me llama e inquieta, hace de un rostro caído y marchito, bella flor.

Y sentido un sentimiento, llorando un lobo y perdiéndose una mirada en lo infinito, todos se olvidan de ellos.

Lo que es
ya no será.

Nunca fue.

Y el dolor permanece, bajo la piel, envuelto en llamas.
Y arde.

Y no tiene fin.

* * *

Noche.
Oscuridad.
Una luz, faro en un inmenso mar.
Breve relámpago que todo lo atraviesa y todo lo hace arder.
Cadenas de acero, cadenas sin romper.

Frío, solo frío.
Aunque el fuego vibre, frío.

Y aunque haya luz, aunque exista el calor, el frío y el relámpago me llaman.

Aunque no haya salida, aunque no exista el futuro, me llaman con su dulce melodía consumada en perdición.

* * *

Siete palabras dedicadas.

Diez cartas de amor, todas falsas.

Un falso sentimiento y trece lágrimas.

miércoles, 14 de mayo de 2014

La forma de querer tú. (Pedro Salinas)

Últimamente no tengo tiempo de escribir en este blog aparte de que, en cuanto tengo algún rato libre, la inspiración huye de mí. De ahí el abandono y el no subir entradas, pero bueno, volveré algún día, supongo.

Mientras tanto, os dejo con un poema de mi buen amigo Pedro Salinas:

La forma de querer tú

La forma de querer tú
Es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
Es el silencio. Tus besos
Son ofrecerme los labios
Para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
Me dirán que tú existías,
Que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
Mapas, augurios, teléfonos;
Tú, no.
Y estoy abrazado a ti
Sin preguntarte, de miedo
A que no sea verdad
Que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
Sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
Con preguntas, con caricias,
Esa soledad inmensa
De quererte sólo yo.