domingo, 13 de julio de 2014

Delirio #1: Escrito en una noche verde oscuro.

Hablan mis no lágrimas más que mis palabras de mi ser.

Y estos escritos no son más que la sombra de una noche en vela, triste música y recuerdos.

Recuerdos, mi amor, recuerdos de un instante, un pequeño orgasmo en una inmensidad azulada y gris.

Una pequeña, minúscula, llama se extendió en mi interior y lo destruyó todo y forjó en mí esta angustia, inquietud. Son ella y sus cabellos. Son sus labios, el calor de su pecho, su aliento de rosas.

Es su lejanía a la perfección aquí descrita.

Demencia, soñada locura que me lleva a tal atrevimiento: describir un rasgo suyo.

Es mi no morir,
amor que no eres mío.

Es la belleza que nunca supe ver y
la vida cambiante,
sinuoso y melancólico sendero.

Son palabras escritas en una noche verde oscuro y mi no cambiante realidad. Mi impotencia y mis inútiles palabras.

Eres tú
y son mis cadenas.

Fin.

sábado, 12 de julio de 2014

Delirio #26: Brevedad

De verla allí, desnuda sobre la arena, el mar de fondo y llorando el cielo, a recordar ahora, en un segundo, en un momento, a ella, su ponzoña, su desconocido nombre...
No fue más que amor, no fue más que luz, más que el calor que recorrió mi pecho y evadió mi mente y mis sentidos a una realidad paralela: realidad en la que solo existíamos ella, yo y su desnudez: un instante, un destello, un segundo, un pálpito de un acelerado corazón...

Y su nombre...

Aquella niña, besada por el fuego.
Aquella niña, ardiente de besos.
Aquella niña que corrió a esconderse de mí una noche y que, inútil mi deseo, no volverá.

¿Y su nombre?

Desde el silencio la llamo, a ella y a su fugacidad.
Desde la oscuridad plasmo en oro, a finas líneas, cada instante de aquel momento.
Cada detalle; el rasgo de sus ojos, la profundidad de su piel, el tacto de su cabello y el color de sus manos.
Desde la más calmada de las aguas me agito y grito
su nombre "bella";
su nombre "fuego";
su nombre, "nombre":
su nombre,
su innombrable nombre...

* * *

Brevedad.
Brevedad es su nombre, sin duda. Brevedad define aquel fuego; brevedad describe sus cabellos, salvajes; su piel de porcelana y su mirada, lejana, de estrella.

Brevedad, su nombre...

Brevedad, cada instante...

Brevedad y, como cada instante,
no volverá.

Como ella.

jueves, 10 de julio de 2014

Delirio #27: La lluvia y la rosa

Un tallo verde mecido por el viento. Mil espinas de raíz a flor. Doce pétalos por corona y rojos, rojos como sangre, como alas de mariposa, como pasión fugaz de Primavera.

La rosa.

Lluvia frágil acaricia su frágil tocado. No como Viento, fuerte, ruidoso, desordenado. No como Sol despiadado con sus rayos, traspasa su piel y la quema, la agota, la consume. No como Nieve fría ni frío Granizo, duros y ajenos la perturban.

La lluvia es para la rosa: en sus pétalos se mece, derramándose en su tallo, recorriendo, dulce, cada espina, hendidura, imperfección... La lluvia, frágil, cae sobre la rosa; y la rosa de ella bebe...

Y ahora yo, mi amor, mi flor, mi rosa, me pregunto: ¿Qué es la lluvia tras caer sobre la rosa?