sábado, 12 de julio de 2014

Delirio #26: Brevedad

De verla allí, desnuda sobre la arena, el mar de fondo y llorando el cielo, a recordar ahora, en un segundo, en un momento, a ella, su ponzoña, su desconocido nombre...
No fue más que amor, no fue más que luz, más que el calor que recorrió mi pecho y evadió mi mente y mis sentidos a una realidad paralela: realidad en la que solo existíamos ella, yo y su desnudez: un instante, un destello, un segundo, un pálpito de un acelerado corazón...

Y su nombre...

Aquella niña, besada por el fuego.
Aquella niña, ardiente de besos.
Aquella niña que corrió a esconderse de mí una noche y que, inútil mi deseo, no volverá.

¿Y su nombre?

Desde el silencio la llamo, a ella y a su fugacidad.
Desde la oscuridad plasmo en oro, a finas líneas, cada instante de aquel momento.
Cada detalle; el rasgo de sus ojos, la profundidad de su piel, el tacto de su cabello y el color de sus manos.
Desde la más calmada de las aguas me agito y grito
su nombre "bella";
su nombre "fuego";
su nombre, "nombre":
su nombre,
su innombrable nombre...

* * *

Brevedad.
Brevedad es su nombre, sin duda. Brevedad define aquel fuego; brevedad describe sus cabellos, salvajes; su piel de porcelana y su mirada, lejana, de estrella.

Brevedad, su nombre...

Brevedad, cada instante...

Brevedad y, como cada instante,
no volverá.

Como ella.

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