lunes, 9 de marzo de 2015

Vanguardismo en el ocaso madrileño y en un rincón y sobre más cosas pero no me acuerdo.

En un banco, mientras llovía...

Sobre el árbol, ligera, la cometa. Es roja, azul e inerte, y vuela casi tan alto como los gorriones en Otoño, porque en Primavera son más felices y vuelan más alto porque quieren llegar al Sol. No sé qué se les habrá perdido allí, pero insisten en volar cada año más y más alto. Pero siempre llega una Primavera en la que ya no pueden subir más porque mueren y claro.

Antes de morir se acuerdan, pienso, de todos los Otoños y de todos los Inviernos que han pasado así, volando bajito, con las alas entumecidas de volar tan solo como una cometa. Entonces se preguntan, "¿por qué he sido tan Cometo y menos Avión?

Pero ya están muriendo y da igual lo que hayan sido o lo que sean ahora. De hecho, no saben si serán más que huesos o cenizas, o pasto de algún perro cuando caigan y todo acabe. Y eso es más malo aún porque uno ha de saber lo que quiere ser en la vida. Yo, por ejemplo, quiero ser una cosa así como azul y divertida, de esas que nunca se calientan y por las noches hacen ruido. Tal vez ni siquiera les importe ya qué son sobre el asfalto, así que, siguiendo las doctrinas utilitaristas, la mayoría, es decir, el perro, que es más fuerte que los pájaros, deberá comerlo para beneficio de esa perra que quiere cachorrillos y no sabe cómo.

"Qué divertido será probar, ¿verdad?" dice, entusiasmado, Papá Sabueso.

"¡Guau! ¡Guau!", responde, aún más entusiasmada, Mamá Terrier-Abandonada.

"De verdad, cariño, no hay quien te entienda y claro"  Papá Sabueso sale de entre los contenedores demasiado confuso, arrastrando tras él a Mamá Terrier que no para de ladrar.

Todo es un caos. Mamá Terrier no pone nada de su parte y Papá Sabueso no sabe cómo ni de qué forma comenzar.

"¡Cariño! ¡No sabes hacerlo!" Mamá Terrier está turbada.

"¡Yo lo intento!" Papá Sabueso está muy enojado, tanto que tragaría sin dudar cualquier pájaro muerto que encontrara por la calle. Pero pronto se tranquiliza porque

"Cariño", llama con voz delicada a dulce Mamá Terrier "Volvamos a intentarlo"

Y ella accede de buen grado.

Lo intentan de muchas formas y en muchas posiciones: en el pasillo, contra la pared, sobre la butaca, incluso en la cocina...
Pero nada: las sombras chinescas son imposibles de hacer con este sol, así, tan arriba.

"'¡Cariño! ¡¿Es que no sabes hacer sombras chinescas?!" Mamá Terrier está muy, muy, muy enojada.

"¡Pero si es imposible! Siempre he sabido hacerlas, ¡pero pasa que se me queman!" Papá Sabueso está muy confuso. "Debe ser la luz" argumenta "Hoy el Sol está muy turbado."

No se da cuenta de que el Sol es sólo una cosita así lejos que nunca podrá estar más alto o menos nada que nada y que no se puede mirar al Sol porque te quedas ciego y claro.

"Cariño" Mamá Terrier está tan decepcionada e inestable... "Yo sólo quiero comer y sólo quiero una familia. Y sólo quiero vida social y sólo quiero una pecera a la que no mirar every mornin'. Si tú solo no puedes darme sólo eso, no me da pena ninguna, pero haré como que no eres un sabueso y haré como que ay, la lagrimilla. Pero adiós, me busco algo quizá-mejor-no-comparar."

"¡Pero cariño!" Papá Sabueso: el pánico. "¡Si yo te quiero! ¡La culpa es de la Luz que está muy arriba!"

"¡Adiós! ¡Adiós!" Mamá Terrier: indignación. "¡No me líes! ¡No me líes! ¡Guau! ¡Guau!"


"¡Pío! ¡Pío!"

Un pájaro oye sus gritos desde lo alto de una farola. Se llama Eugenio, y es promotor de viviendas y construcciones paralelas además de espía en su tiempo libre, por sacarse un dinerillo, ya sabes. Bueno quizá es también espía para no pensar durante ese tiempo libre que, por ejemplo, algún día caerá inerte al suelo. El suelo está duro y no le gusta pero eso es lo de menos porque el suelo es gris y ese color ya sí que no lo soportaría. Por eso los días nublados se queda durmiendo en casa de mamá que ay, pobre, qué penita y claro.

Eugenio no duda en volar, volar cual cometa playera hacia su cliente. Sin duda, estará agradecido por esta información, que es buena. Y si no, pues bueno, va a cobrar igual... El Viento le va en contra, qué descarado, y se pierde en algún lugar, quizá en un parque aunque seguramente no porque los parques en Otoño, en fin, son muy tristes y muy poco bucólicos con esos árboles así como crispados y feos y los parterres que son solo terre y no tienen nada de par. Pero sobre todo, ¿qué se le ha perdido al viento en ningún parque?

Todo el mundo sabe que los parques en Otoño no son parques. Esto es algo que está claro. Y si no lo sabes, no eres del mundo. Y si no eres del mundo ¿qué eres? porque claro, el mundo dice lo que es y lo que no es y si tú, que no eres del mundo, dices algo, nadie te escucha porque no eres y no se puede escuchar nada. Y si eres nada, no eres #lógica. Pero tranquilo que ya me encargo yo de rehabilitarte.


Bienvenido al mundo.
Aquí nadie hace nada por nadie y todos hacemos todo por todos. No sabemos quiénes somos, tampoco lo que somos, pero sabemos que somos. Somos el mundo, primera potencia universal en Cosas que son y que No son. Aquí no aceptamos más razón que la nuestra, ni más vida que nuestra vida. No aceptamos más drogas que las drogas ni más música que la que no se escucha. No sabemos qué es bailar, pero bailar es lo que nosotros decimos que es, y bailar, lo que es bailar, pues bailamos. Nos gusta el amor pero no sabemos qué es amar porque claro, amar es lo que es, que te lo decimos nosotros. También nos gustan las cosas que son como son, y si no, nos encanta hacer así como que las entendemos. Pero también nos encantan las fiestas de disfraces, tanto que algunas duran toda una vida... Las palabras también las escondemos porque claro no cuestan dinero pero sí algo que no sé qué es y bueno. Aquí, en el mundo, todo es lo que es menos cuando es lo que no es que entonces es lo que nosotros decimos, y con más razón.

El alma... ¿qué es? Nosotros, el mundo, no sabemos más de alma que del cuerpo caliente, de carne y hueso, el que da gustito. Nos gusta el Verano, las fresas con nata y rellenar huecos con globos y ¡mira cómo suben hacia el cielo...! Y desaparecen porque ya no los vemos. Las cosas son lo que son, y todo es como es. Y claro, ¿quién va a mirarse el alma si es que no se puede ver...? Aquí las cosas son sólo lo que parecen, o bueno, algunas sí y otras no y otras alomejor o a veces...

Nos gusta llamarnos pájaros a nosotros mismos. Sí: los más libres, los más audaces, soñadores vespertinos y gangsters en la noche... Nos gusta ser los-que-más: los que más volamos, los que más reímos, los que más pensamos... Nos gusta que nos miren y digan

horchata!"

Y dejar un breve destello luciérnaga compás.

Nos gusta sentirnos pájaros, bailar fuertes las alas así con el viento mágico que se va, se va, se va... Nos gusta sentirnos pájaros y no reparamos en que todos los pájaros caen al suelo gris un día...
Nosotros, el mundo, decimos todo lo que es y todo lo que no es: tú vuelas, tú no vuelas...

Y un parque en Otoño no es un parque.

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