viernes, 12 de junio de 2015

Nada

¿Y cuando no me quede nada?
Si el sueño aún duerme la única realidad y no es cruel, es sólo realidad.
Si soy incapaz o ciego o si el grito pudiera cambiarme de universo o de emoción o de época histórica.
Si es imposible que te marches aun cuando ya te has ido.

Y cuando las lágrimas no sean suficientes…
Cuando la angustia no conozca el límite en mi cuerpo y llegue al alma y sea devorada por los monstruos que expulsó un fuego hace años.
Cuando la vista atrás me engulla y no exista más que un horizonte plano. Cuando yo mismo me abandone y no quede más que nada.

Cuando sea cierto, sí, en mi memoria.
Cuando no albergue ya esperanzas o éstas no me abriguen hoy.
Cuando mi voz se quiebre siquiera haber cantado.
Cuando las lágrimas se congelen en mis ojos porque ya han recorrido mi pecho demasiadas veces.
Cuando no quede en mi cerebro más que realidad.

Y no es cruel. Es sólo realidad.

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