No.
Fui pleno, aquel día
en su palpitar.
Fue absoluta,
ella y sus gélidos besos,
inolvidables,
a ras del alma.
en su palpitar.
Fue absoluta,
ella y sus gélidos besos,
inolvidables,
a ras del alma.
Fueron dagas todos ellos:
quietos y silenciosos,
quietos y silenciosos,
me traspasaron.
Y mis optimismos,
a hechizos y besos,
se convirtieron en abismos.
No puedo escapar.
a hechizos y besos,
se convirtieron en abismos.
No puedo escapar.
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