¿Vislumbras su grandiosidad?
¿Sientes su poder, sus magistrales palabras, ídolos por las masas? ¿No vibra acaso tu piel a su cercanía?
Ellos, poderosos de ignorancia, mentes vacías su botín, vanas palabras su letal arma.
Ellos, que cantan y, con su magnífico cantar, no dicen nada.
Son mudos, ellos,
sordos sus seguidores.
Y ellos, triunfadores, están allí arriba, allí lejos, allí,
imposible.
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